Disipada confluencia

Mientras caminábamos me preguntaba si seguías mi ritmo,
si íbamos al mismo compás,
si estábamos juntos al andar.
Corro, ando, tropiezo, caigo, me levanto,
observo, duermo, vuelvo, miro, paro.
Un nuevo camino se abría y al girar,
tu presencia,
tu esencia,
desapareció.
Cada mañana perdía su propio significado
y cada vez se desvanecía el valor de levantarse.
Ahora estoy a la espera de que,
algún día,
volvamos a besarnos las sonrisas.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario